miércoles, 16 de noviembre de 2011

Prisioneros de los bancos

    He leído hoy en el diario Público esta noticia. Al parecer, en la cumbre del euro celebrada ayer en Bruselas, se ha logrado un acuerdo con los principales bancos europeos, donde se comprometen a olvidar el 50% de la deuda que el Estado griego tiene con ellos. A cambio aseguran que la cantidad restante les sea atribuida. Además se estableció un plan de recapitalización de los bancos, del cual se prevé que España necesite la cifra de 26.161 millones, y se aumentó la cifra del fondo de rescate hasta el billón de euros, un fondo destinado al aval parcial de deudas o al rescate de bancos. 
    Bien. La deuda griega se reduce a la mitad, se asegura una cantidad importante de dinero para reflotar a las bancas europeas y hasta disponemos de un fondo que seguramente le dará cierta confianza al mercado para movilizarse. Pero, lo que no he leído por ninguna parte, son las costes. Únicamente consta el hecho de que los bancos involucrados en Grecia se aseguran la mitad del pago. Pero ese dinero, ¿de dónde lo van a sacar? Imagino que de la propia banca griega, después de ser recapitalizada. La cuestión es, de nuevo, ¿de dónde proviene el dinero? Del Banco Central Europeo en este caso. El encargado del euro. Los que escogen, conocen y manejan la producción del euro. Y por supuesto, no será gratis. Como todo tipo de moneda que proviene de un banco, todo el dinero que requieren los países es entregado a modo de préstamo, con unos intereses. Es un ciclo sin fin. Es una deuda que lleva a otra aún mayor, ya que para pagar los intereses, necesitamos pedir dinero, ‘’taxes included’’. Si recurrimos a la financiación privada, el varapalo es aún mayor, fijaos en el caso griego. Es decir, vivimos y morimos endeudados, y tal y como está la situación, nuestros hijos nacerán endeudados.

    El problema no es el euro, ni el paro, ni la crisis. En mi opinión, hemos de hacer una revisión más atrás. ¿Cuándo dejamos de tener el control de nuestro dinero? ¿Cómo es posible que nuestros máximos representantes, con todo lo que representan y el poder que tienen, tengan que ir con el rabo entre las piernas a suplicarles a los grandes bancos? La culpa no es más que nuestra, dándole cada vez  más peso a los bancos en nuestras vidas, y dándoles el control absoluto del dinero. Y en el sistema capitalista, el dinero es el que manda. Por lo que no somos más que tristes prisioneros de los bancos, y desgraciadamente, eso no parece que vaya a cambiar.

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